miércoles, 28 de febrero de 2018

Meucci, un inventor desconocido





Antonio Meucci, uno de los padres del teléfono.

Siempre que se habla del inventor del teléfono nos acordamos de Graham Bell si bien éste no fue el verdadero inventor del teléfono sino el ingeniero italiano Antonio Meucci. Diversas circunstancias y mucho dinero en juego impidieron el reconocimiento de su trabajo hasta muchos años después de su muerte.  Nacido en Italia en 1808 estudió ingeniería en Florencia, acusado de participar en la conspiración de Garibaldi pasó varios meses en la cárcel.
En 1835 junto con su esposa abandonaron Italia y se instalaron en Cuba y en1850 de trasladaron a una ciudad cercana a New York. En 1854 construyó un teléfono para conectar su oficina de la planta baja con el segundo piso donde estaba su mujer inmovilizada por una enfermedad.  Por cuestiones económicas no pudo registrar una patente completa, sino una parcial renovable anualmente que sólo pudo renovar dos años. Intentó hacer demostraciones públicas de su invento sin mucho interés por parte de los inversores. Entre tanto Bell patentó su teléfono en 1876 , Meucci reclamó ante
la oficina de patentes pero al parecer se había perdido la documentación de su invento (por actuación interesada de algún empleado de la oficina patentes).  Se iniciaron acciones legales contra Bell y aunque los jueces en principio reconocieron la autoría del invento a Meucci, los recursos económicos de la compañía de Bell con sus numerosos abogados que alargaban el proceso , la falta de recursos de Meucci y su muerte en 1889 dejaron sin resolver el conflicto. Tuvo que ser el 11 de junio de 2002 cuando la Cámara de Representantes de Estados Unidos reconoció a Meucci como inventor del teléfono en 1860.


A día de hoy loa alemanes reclamana a Reiss como inventor del teléfono y los franceses a Ader, pero de ellos hablaremos próximamente.



Documental sobre el inventor:




lunes, 19 de febrero de 2018

Tapando a Hitler



Cae el Nazismo, la vida sigue y el correo debe de continuar

Con la  derrota de Alemania en la segunda guerra mundial se puso fin al régimen nazi que había gobernado los últimos años. Alemania quedaría ocupada por las potencias vencedoras que se repartieron áreas e influencia y que originarían una serie de conflictos políticos que desembocarían en la partición de Alemania. Pero mientras tanto la vida seguía, los civiles seguían con sus vidas en la miseria de las ciudades arrasadas por los bombardeos aéreos y los ataques de la artillería en su avance hacia Berlín. La gente y los negocios necesitan comunicarse, las líneas telefónicas están maltrechas y sólo que usar el correo, pero para usar el correo hay que franquearlo con sellos y la mayoría de los disponibles son los emitidos durante el nazismo con la efigie de Adolf Hitler. Mientras se preparaban las nuevas emisiones de sellos de los países ocupantes se siguieron utilizando por un tiempo las emisiones de sellos de Hitler, si bien se intentó tapar la imagen del dictador con medios más o menos artesanales, por ejemplo aplicando manchones de tinta con tapones de corcho con éxito relativo. Pongo algunos ejemplos de este tipo de cartas que han dejado constancia de un periodo de la historia contemporánea.

Ejemplos de cartas enviadas desde Alemania y Austria con sellos de Hitler emborronados con la intención de tapar su imagen.








lunes, 12 de febrero de 2018

La segunda expedición de Byrd a la Antártida.

Pareja de sellos sin dentar hojitas sin cortar, conmemora la segunda expedición de Byrd a la Antártida.


Byrd, de nuevo en la Antártida.

Hace ya casi un año hablamos de la primera expedición de Richard Byrd a la Antártida, hoy repasaremos de manera breve la segunda expedición que tuvo lugar entre los años 1933 y 1935.  Nada más regresar de la primera expedición ya estaba planeando la segunda con el propósito de descubrir nuevos territorios en el continente helado. Para sufragar el coste de la expedición recibió el apoyo de la National Geographic Society y dado que este no fue suficiente recurrió a solicitar pequeñas donaciones monetarias así como donaciones en especie como comida, fuel y todo tipo de suministros. Para el transporte de los materiales recurrió a un par de barcos que habían sido utilizados en el ártico, un barco con casco de metal llamado Jacob Ruppert y uno de madera llamado Bear of Oakland, asimismo para poder desplazarse por el continente antártico llevó cuatro aviones, varios tractores (que resultaron inútiles) y 153 perros para tirar de los trineos. Una vez en el continente se estableció una base a la que se llamó Little America donde se realizarían diversos experimentos científicos. 

Carta con matasellos de la base Little America, con rara fecha 30-1-1934.

Por su parte Byrd se desplazó unos doscientos kilómetros al Sur para establecer una estación meteorológica en la que debía permanecer sólo unos seis meses transmitiendo los partes por radio. Esta estancia fue una experiencia traumática  por un fallo en la combustión de gas que le produjo envenenamiento por monóxido de carbono que casi le costó la vida. A pesar de ello la misión fue un éxito en varios campos como la geografía (más de 1500 km de cartografía de la costa conseguidos gracias al uso de aviones) y la geología (descubrimiento de fósiles de árboles que probaban que el clima del continente fue mi distinto en otras épocas.

Tarjeta circulada desde el buque Bear Of Oakland con firma del capitán, matasellos de Little America.

Carta circulada desde el buque SS Jacob Ruppert.


El éxito de esta emisión influyó en que se propusiera una nueva misión con la idea de ampliar los objetivos conseguidos hasta el momento, pero de esto, ya hablaremos más adelante.

Carta con raro matasellos de la base Little America, presente sólo en las cartas dirigidas a Nueva zelanda.


Documentales sobre la segunda expedición Byrd en dos partes: